viernes, 6 de enero de 2012

Un cuento para ti

  Primer fragmento

    Hace ya 15 años atrás me paseaba de noche por un oscuro pasillo con mi hermano en la casa de mi abuela, en el cual habían colgadas muchas cosas en las paredes, era sin duda un lugar tenebroso y sombrío, solo había una ventana en un extremo del pasillo por donde ingresaba la luz de noche. Mi hermano y yo teníamos miedo pero había que continuar avanzando por aquel pasillo. Figuras horrendas, sombras maquiavélicas, alas demoníacas, crujidos producidos por un viento fuerte y cosas indescriptibles se veían y oían en aquel lugar. Logramos pasar, tiritando debido al escalofrió producido por aquel lugar hasta llegar al baño, entonces mi hermano entro y yo me quede esperando a fuera a la luz de la luna, a esa hora corría un viento fuerte. De pronto salio de algún lugar un dulce aroma, no sabía de donde provenía ni que lo emanaba así que me intente acercarme al aroma internándome en la oscuridad del patio en medio de los árboles que allí existían.
  Avance lenta y segura, pues tenía buena visión a pesar de la oscuridad que había en aquel lugar, seguí adelante y pronto divise un humo blanco cerca mío y lo seguí cuidadosamente, a los pies del árbol mas grande en el patio había una especie de ollita hecha de algún materia extraño y de una forma un tanto particular sobre el fuego y se podía deducir que alguien estaba atento a el, pues estaba muy encendido.
   A un costado del árbol un farolito colgado de una enredadera que bajaba del mismo con una luz calida y tenue. El aroma provenía de la olla hay puesta, era un aroma sin dudar exquisito, todo el lugar era muy agradable a la luz de el farol, pero entre la oscuridad de la noche el viento soplaba fuerte y parecía que anduviera alguien escondido, pero eso ahora ya no me preocupaba, si no mas bien, era el hecho de querer saber de quien eran esas cosas, pues de día jamás las había visto. Decidí acercarme al fuego pues tenia frío, mientras esperaba al dueño o dueña del lugar. Me senté y a esperar quien sabe cuanto tiempo y me dormí, hasta que de repente escuché un ligero tintineo de cascabel que se acercaba a mi, muy despacio, me puse de pie y me doy cuenta que no puedo mover mi cuerpo, pues era tanta la ansiedad y temor que me lo impedía. Pasaron los minutos más largos de mi vida hasta ese momento y pronto divise una figura a lo lejos, que poco a poco se iba acercando hacia mí.
 Era hermosa, sin duda, aquella joven estaba vestida con una especie de vestido muy ancho que danzaba a los compas del viento, unos adornos en sus brazos, muñequeras y cabeza un tanto exóticos. Me observo un tanto extrañada y por unos minutos no dijo nada, se acerco al árbol y entro en un hueco el cual no había notado antes, al cabo de un rato salio de el llevando consigo unos extraños recipientes, saco una especie de hoja y la sumergió en la olla, para extraer un poco de su contenido, me ofreció este y sonrío, luego ella volvió a hacer lo mismo y bebió, entonces yo hice lo mismo. Un sabor intenso, suave, dulce, amargo, agrio, caliente, frío, tibio, espeso, líquido… era como mezclar miles de sabores, texturas, temperaturas diferentes, todas en una misma bebida, pero la mezcla pronto se distinguió en un solo sabor, para mi era como un chocolate amargo mezclado con una mente dulce que también era liquida espesa.
     Me arme de valor para hablarle y le dije;
Yo; (con un tono y mirada decidida) ¿Quien eres?
Ella; (sorprendida y sonriendo) Perdón por no presentarme, que grosera e sido. Me   llamo Nanish y ¿Tú?
Yo; (sonrojada) Yo soy Enif.
  Un silencio sepulcral muy incomodo inundo el lugar. Sorpresivamente comenzaron a aparecer unas especies de motitas luminosas…
Enif; (en voz alta) que extrañas y lindas son.
Nanish; Si, se llaman Alugociden, aunque es un nombre un tanto extraño y largo a la vez, ¿no lo crees?
Enif; (sonreí) Claro.
Nanish; ¿te gustaría quedarte a platicar conmigo?
Enif; (sonreí) Claro será un placer, pero no puedo, pues a mi hermano le da mucho miedo la oscuridad y lo acompañe al baño, ahora debe de estar llamándome y si no llego luego va a despertar a todos, y mi abuela me va a retar, lo mas seguro es que me castigue y no me permita salir a jugar.
Nanish; (pensativa) Mm... Tienes razón. (Angustiada) Pero por favor no les digas de mi.
Enif; no te preocupes por eso, además aun que les contara no me creerían.
Nanish; (mas calmada) es verdad, gracias.
 A lo lejos se escucho una voz que decía Enif, Enif, ¿donde estas? Era mi hermano que me llamaba.
Enif; me debo marchar, pero prometo que mañana regresare, pero mas temprano eso si. Cuando no me extrañen si me desaparezco una o dos horas.
Nanish; vale, pero si vienes es probable que me encuentres dormida, pues soy un ser nocturnal.
  Volvió a interrumpir la voz; Enif, Enif que se estaba acercando.
Enif; Cielos, me voy.
Nanish; Adiós
Enif; Nos vemos mañana.
…Al cabo de un rato,
Enif; Lo siento hermano es que me distraje por un rato:
Hermano; ¿Dónde estabas?, te estaba llamando hace rato
Enif; lo siento. Y terminaste, ¿estás listo?
Hermano; Si, vamos.
 Así partimos de regreso por ese pasillo oscuro, despacio y temblorosos, aun que yo estaba muy emocionada por esa extraña personita que había descubierto en el jardín de atrás de la casa.


Continuara...